CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO
CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO. ODA AL DESCUBRIMIENTO
oda

ODA AL DESCUBRIMIENTO

¿Te acuerdas España?

Eran sueños furiosos de menta

en viejos navíos carcomidos por rutas salobres;

aureolas de gaviotas salvajes

volaban como escrituras de yeso

sobre las aristas vegetales de América desnuda.

Todo era arboleda y agua viva:

silvestres helechos vestidos de sombra

vírgenes áureas de madera dura,

sagradas texturas propensas a la clorofila.

Aquel idioma venía mareado de tanto abolengo

y ubérrima espuma,

y algunos decían hablarlo perfecto

comiendo pescado como un homicida.

¿Te acuerdas qué estruendo?

Los remos estaban cansados de la travesía;

las velas inflaban sus viejos pulmones de oriflama,

la biblia era un grano de aurora dormida

en el vientre de secos barriles,

y en el horizonte colgaba como una naranja

o como una moneda

un ojo azufrado.

Dentro de aquella empírica eclosión

se veía un vendaje de árboles añejos;

los antiguos guerreros editaron memorias atrevidas,

el cosmos ya no era soltero como el destino

ni tan sospechoso como un marinero.

La cruz como un bisturí

comenzó el trasplante y la cisura por los senos,

el corazón aún estaba palpitante y fuerte

y sobre la tierra aquel casto cuerpo resignado

expresaba un mensaje de ingenuidad y de eros.

América y España se fundieron

con una baqueta de estaño

y dos ceremonias de cazabe y vino;

aquellas contiendas de corcel y espada

quedaron cautivas en lienzos enormes.

En grandes arcas de conquistas

trajeron el alma de los españoles,

con vastos festejos de aquel hemisferio

de artesanales quimeras y anónimos señores.

España ya era madre y raíz

y América la más notable y audaz

de toda su prole.

RAFAEL BORDAO.